jueves, 26 de marzo de 2009

Una talla más, por favor

· I think I´ve been here before... ·

Le gusta?
Hummm... creo que me queda algo ajustado.
Puedo traerle otro. Quizás una talla más...
Sí, una talla más por favor. Se me ha quedado pequeño.
( ... )
Da igual, déjelo. Me buscaré un sastre que me haga mi propio diseño a medida. De todas formas, ese nuevo tampoco iba a gustarme.
Entonces salió de la tienda de realidades a mitad de precio, reparaciones de sueños rotos y remaches en corazones rasgados de la esquina y se marchó a casa a crearse su propio mundo a medida, con un compás, para que fuera perfectamente redondo.
...Dedicado a Raquel...

domingo, 22 de marzo de 2009

El final del horizonte, allá donde nacen las estrellas

Me subo a las estrellas...



ºº Llueva o nieve. Granice o truene. No me importa ya. Aunque arrecie una tormenta. Me veo en el reflejo de la ventana, y más allá, sólo la noche. La madrugada parecía mirarme desde el cinturón de Orión, que me guiñaba parpadeando sus estrellas. Quise creerme que ese cachito de cielo era mío, que era el único que miraba las estrellas y el único que les prestaba algo de atención. Quería, que por lo menos durante un segundo, Orión fuera mío.
¿ Qué sería del cielo si a cada persona le correspondiera una estrella ? ¿ Qué sería del universo si todos coleccionáramos constelaciones ? Pues que no quedaría ni una en el cielo. Que no habría ni una estrella fugaz para pedir deseos. Que la luna gobernaría el cielo nocturno, y que habría ganado la batalla. Todas las noches serían de plata y marfil. Ya no quedarían historias de amor, ni inspiraciones de madrugada. Si no quedan estrellas en el cielo, ¿ quién sería el testigo de tus besos ? Si no hay estrellas en el cielo, ¿ adónde mirarías para elegir tus sueños ? ºº


Hay algo en el aire. Llego a casa, y te dejo caer enima de la cama. Ya te guardaré más tarde en el armario.
Que no se me atraganta tu nombre. Ya no necesito soñarte, y he dejado de mirar al cielo en busca de estrellas fugaces. Esos dragones que volaban más allá del cielo se perdieron con el amanecer.

domingo, 8 de marzo de 2009

Dragones y petachos

· Nightfall·


· Es cuando, desde mi ventana, puedo ver cómo el sol se desgarra intentando pasar el horizonte una tarde más. Y me quedo atontado viendo su reflejo en el lago mientras pienso en ti. Basta de engaños, de falsas promesas y mentiras. Vale ya de cuentos y de falsedades de reflexiones con la almohada. No quiero pensar que es culpa tuya, tampoco es culpa mía. Simplemente, es así. Y descuida, que dejaré la ventana abierta una noche más, esperando a que te cueles por ella, y te metas en mi cama, y me quede atontado mirando tu cara. ·


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Dragones y petachos.

Tanto silencio, que hasta puedo escuchar el reloj de la cocina. Tanto silecio, que parezco ahogarme en él.

Tacho y reescribo. Coso y remiendo. Petachos, cachitos de tela deshilachada que coloco al azar en un papel, mientras sin querer, dibujo tu cara en mi mente. Petachos que coso en el aire. Petachos que encuentro en el bolsillo del pantalón y en el fondo de la cartera.Que toda la vida es sueño, se dijo una vez, y me quiero despertar con un rayo de luz rozando mi cara. Y que los sueños, sueños son, y que quedarán como anécdota en un cuaderno lleno de tachones y petachos. Lleno de remiendos y de hilos mal cosidos. Un cuaderno que quizás ya no tenga las anillas dobladas, pero que sí tendrá la tapa cosida a las hojas, las hojas llenas de petachos, y en los petachos pequeñas historias de dragones que quisieron ser estrellas.


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Tus labios quedaron suspendidos sobre los míos. Parecían no decidirse sobre si besarme o no. Uno, y dos segundos. Y un débil suspiro rozó mi piel, y se escapó volando.
Lo siento. El tren viene ya. Me voy. Me marcho. Me esperan al otro lado del horizonte, cruzando el mar, más allá incluso de las estrellas. Me tengo que ir, y te dejo con medio beso en los labios, y te doy mi mitad como regalo.