domingo, 15 de abril de 2012

Re

Pensar en la no existencia me reduce, me abruma. Pensar en la muerte como ése paso de existir a no-existir me destruye, me lleva al llanto. Sólo cuando pienso como una máquina, cogiendo datos, analizándolos y llegando a conclusiones.
Sin embargo, cuando pienso de manera humana y no como una máquina, cambia totalmente la perspectiva. Somos seres con sentimiento, conscientes de nuestro universo. Además estamos recordando constantemente esta vida. Si hubiera un momento de no-existencia, no tendría sentido estar recordando esta vida ahora mismo.
No tiene pues sentido dejar de existir, no. No está bien tratar así a seres con sentimiento y consciencia. Además, el universo depende de seres conscientes que lo observen. Y llego a esta conclusión cuando pienso con mente humana.
Más a mi favor.
No es una pedorreta.
Curioso el término humano.
Adjunto un cacho de la pared de mi habitación al fondo de este blog.