sábado, 23 de agosto de 2014

Báilame el agua



A veces nos empeñamos en que todo encaje, en que todo rime. Como si existiera una melodía que nos gustaría bailar pero no sabemos cómo. Y entonces hacemos todo tipo de ajustes, correcciones y majaderías para que esto rime con aquello, para alterar el tempo o incluso cambiar el estribillo. Es como si recortas las piezas del puzle para que encaje mejor y al final te acaban sobrando piezas.

Y es que la cuestión no está en hacer que todo rime para cantar. Eso es demasiado complicado y acaba extenuándote. La cuestión está (o eso dicen los maestros) en dejar de ser tan cabezota y escuchar la melodía que ya existe y adaptarte a ella. Y cuando ya hayas pillado el ritmo, bailarla como quieras, cantar como te dé la gana y escuchar las partes que más te gusten. Porque ya sabes, si no puedes con tu enemigo únete a él. O eso dicen los maestros.

Hay que ser Héroes todos los días.



Y llaman loco a aquel que le faltan piezas. Pues yo no sé…