Un sistema, dicen, siempre recurre al estado más desordenado. Donde menos energía utilice, y donde menos ordenado esté. Y parece traducirse muy bien a lo que veo.
Las posibilidades de encontrarse un sistema ordenado son las mismas que encontrarse una baraja de cartas ordenada una vez barajada. Las mismas que tirar un puzzle al suelo y montarlo. Las mismas, que si recortáramos palabras y las dejáramos caer se ordenarían para crear historias.
Y ése es el problema. El ser humano recurre al sistema menos ordenado y en el que menos energía utilice. Llámalo democracia, o como sea, pero nunca encontrarás una sociedad que satisfaga a todos. Libertad, es lo que quieren. Libre albedrío.
Lo que se traduce a desorden, a caos. Y volvemos a lo mismo.
Podríamos tener una sociedad supercontrolada, meticulosamente construida, que no llegaríamos a ese orden que todos quieren.
Y ése es el problema.
O no.
Como dejar caer palabras y que se ordenaran para crear historias.