A veces nos empeñamos en que todo encaje, en que todo rime.
Como si existiera una melodía que nos gustaría bailar pero no sabemos cómo. Y entonces
hacemos todo tipo de ajustes, correcciones y majaderías para que esto rime con
aquello, para alterar el tempo o incluso cambiar el estribillo. Es como si
recortas las piezas del puzle para que encaje mejor y al final te acaban sobrando
piezas.
Y es que la cuestión no está en hacer que todo rime para
cantar. Eso es demasiado complicado y acaba extenuándote. La cuestión está (o
eso dicen los maestros) en dejar de ser tan cabezota y escuchar la melodía que
ya existe y adaptarte a ella. Y cuando ya hayas pillado el ritmo, bailarla como
quieras, cantar como te dé la gana y escuchar las partes que más te gusten.
Porque ya sabes, si no puedes con tu enemigo únete a él. O eso dicen los
maestros.
Hay que ser Héroes todos los días.
Hay que ser Héroes todos los días.
Y llaman loco a aquel que le faltan piezas. Pues yo no sé…