"Dicen que soy un libro sin argumento.
Que no se si vengo o voy, que me pierdo entre mis sueños”
La (te) llevo tarareando mucho tiempo y siempre me saca una
sonrisa. A veces, incluso en voz alta y sin darme cuenta. Y los recuerdos brotan de repente.
Todas esas risas en clase, todos esos juegos y miradas,
todas las notitas y todas aquellas canciones que nos pertenecían.
Que igual si te hubieras apellidado de otra forma no me
habrías dado aquella chapa sobre Nefertiti y lo bien que dibujabas y no me habría
fijado en ti y no habrías entrado en mi vida. Joder, cómo me gustan tus
dibujos.
Siempre que te miro veo a esa chica revoltosa, curiosa,
cabezota, inteligente, fuerte y decidida. Tienes una luz especial, que lo
sepas. Una luz cálida. Una luz de verano. A veces te veo delante de mí en
clase. A veces mirando hacia atrás desde tu asiento del autobús en las
excursiones del instituto. A veces enfadada, a veces llorando de la risa. Y otras
veces, tocando la guitarra.
Has puesto música a una parte muy importante de mi vida y me
has hecho cantar y bailar mucho. Y lo sabes. Menudo regalazo me has hecho. Y sé
que no necesito más que una mirada para decirte lo agradecido que estoy de que
estés ahí.
Nunca me había gustado tanto ser el tercero.