lunes, 9 de diciembre de 2013

Afortunado

Me he dado cuenta de la gran suerte que tengo.  Suerte por tener lo que tengo, suerte por vivir donde vivo. Suerte por, de entre todos las personitas que nacieron a la vez que yo, nacer  donde nací. O de dónde nací.


Afortunado por pequeñas y grandes cosas. Por la música. Por la clase media. Por el agua caliente. Por el agua.
Por cómo soy; Afortunado por darme cuenta de que soy afortunado.


Y no, esto no chafa las cosas. La suerte te sigue si las buscas.  
A la señora suerte le gusta seguir a la gente que busca el trébol de cuatro hojas, le gusta seguir a la gente que compra la lotería, que se atreve, que le planta cara al miedo y que llama a todos los timbres de todas las puertas. A la señora suerte le gusta seguir a la gente que se levanta en medio de la noche a por un vaso de zumo y que, sin saber muy bien por qué, se asoma a la ventana y ve una estrella fugaz.



Afortunado por todos estos cachitos de universo que me componen como un puzle donde se han recortado los bordes de las piezas para hacer trampas.

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