domingo, 22 de diciembre de 2013

Vibra

Golpeas el suelo con las suelas de tus zapatos y notas cómo la vida sube vibrante por tus piernas, desatándote los cordones, desatándote las cadenas, desatándote las carcajadas. Me recorre el esqueleto. Esa electricidad estática que te pega al suelo y descarga chispas cuando saltas. Y no tengo ya claro si el que baila soy yo o el universo entero.

El ritmo nace de esa parte del pecho donde está el alma. Del nido de mariposas que hay en mi estómago. Del alcohol, de las risas, carcajadas, gritos y el sudor. De la punta de mis dedos hasta mis pestañas, de la punta del pie hasta las agujetas de mañana. Y no puedo quitarme esta sonrisa de gilipollas que llevo ahora.

El ritmo nace de la ropa que ya no me pesa,  que me atraviesa de arriba abajo como un relámpago y todo se esfuma en una nube de vapor de discoteca y desaparece para siempre. Y  todo vibra y baila para mí. Y se estremece el mundo.


“Baila, baila, porque esclavo que baila es libre… mientras baila.”



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