Juguemos a ser fantasmas.
Quién se quejaría?
Cerrad los ojos, tapaos los oídos.
Ya sois fantasmas.
Y si no os gusta;
Abrid los ojos, destapaos los oídos.
Mirad a vuestro alrededor.
Dos niños siguen jugando. La niña lleva coletas, y él hace trampas. Le mira mientras juegan. Ella, ajena al mundo, sigue jugando, mientras él le observa por el rabillo del ojo, y se ríe. Ella nunca sabrá que su amigo estuvo haciendo trampas, ni él tampoco podrá corroborarlo, porque no había testigos, porque no había nadie mirando, porque nadie podía escucharle reír. Cómo prefieres jugar? Cómo la niña, o como el niño?
Quieres ser un verdadero fantasma, o un ente que todo lo sabe pero que no puede justificarse? Un ente en los dos bandos, uno que mira y juega, uno que ríe y escucha, uno que nadie comprende. Haciendo trampas. Conociendo la verdad. Si juegas, estate atento e intenta escucharle reir, estate atento y procura pillarle haciendo trampas, mirando a los demás por el rabillo del ojo.
Quieres jugar?
Serías un fantasma, por un momento?
Adelante, juguemos a ser fantasmas.